Técnicamente, la disestesia es una alteración en la percepción táctil causada por una lesión en la médula espinal. Puede afectar a cualquier parte del cuerpo y manifestarse con dolor, ardor, presión, picor u hormigueo⁴. Un tipo de disestesia bastante habitual es lo que los propios pacientes denominan “el abrazo de la EM”, una sensación de opresión en el torso que puede aparecer momentáneamente o prolongarse de manera constante durante varias semanas⁵.

Son la primera señal de alerta para muchas personas y ante cualquiera de ellos, es necesario acudir al especialista para su valoración. La más conocida es la neuritis óptica o inflamación del nervio óptico, que habitualmente se da en un ojo y puede causar visión borrosa, pérdida de la visión de los colores o pérdida parcial o total de la visión. Pero también existen otros problemas visuales como el nistagmo (movimiento inconsciente e incontrolado de los ojos) y la diplopía (visión doble)⁶.

El adormecimiento o el hormigueo en alguna parte del cuerpo (especialmente en la cara, piernas, brazos y dedos) es uno de los síntomas más usuales (40-80% de los casos⁷) y también puede ser el primero en manifestarse⁸. No existe conexión entre la frecuencia de las parestesias y la progresión de la enfermedad⁸.

La fatiga vinculada a la EM puede ser de tres clases. La primera está relacionada con las dificultades de movilidad y viene causada por problemas como la espasticidad (rigidez de los músculos) o la ataxia (descoordinación muscular), la segunda está ligada a la capacidad respiratoria y provoca que la realización de cualquier actividad intensifique el cansancio de la persona. Y, la última, conocida como fatiga primaria de la EM, se diagnostica cuando las otras dos clases han sido descartadas⁹.

Aunque se estima que tan solo un 20% de los pacientes con EM acaban teniendo que utilizar una silla de ruedas o un accesorio de asistencia (bastón…, etc.), la perdida de movilidad es una de las mayores preocupaciones de los pacientes de EM¹⁰. Está asociada con otros síntomas como la fatiga, espasticidad, el deterioro cognitivo o los problemas visuales¹¹.