con EM
Paciente ficticio con fines ilustrativos.
Aunque ninguna dieta por sí sola puede curar la EM, el tipo de alimentación puede influir sobre la progresión de la enfermedad, y mantener un rango saludable de peso puede proteger contra las recaídas1:
La combinación entre una dieta y un estilo de vida saludables están relacionadas con una menor discapacidad y con la manifestación de menos síntomas.
Así, un estudio realizado entre 7.000 pacientes de EM refleja que una mayor calidad de la dieta se asocia a niveles más bajos de discapacidad y depresión2. Las personas que llevan una alimentación equilibrada dentro de un estilo de vida saludable reportan menos casos de fatiga severa, depresión, dolor o deterioro cognitivo2.
Las personas con EM son propensas a padecer también otras enfermedades (comorbilidades) y una de las más frecuentes son los problemas cardiovasculares. Una dieta inadecuada puede provocar obesidad, subir el colesterol LDL, elevar la presión arterial y causar diabetes. Esos factores aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas o accidentes cerebrovasculares y, al mismo tiempo, están conectados con niveles más altos de discapacidad y actividad de la esclerosis múltiple3.
Dentro de los alimentos cardioprotectores, el cacao4 (sin azucares) es especialmente recomendable por su alto contenido en flavonoides, lo cual contribuye a inhibir la peroxidación de lípidos, a contrarrestar la fatiga en pacientes con EM y a inhibir la fagocitosis de mielina.
Por otra parte, se ha descubierto que el colesterol HDL (conocido popularmente como “bueno”), preserva la barrera hematoencefálica (BHE) de la entrada de sustancias dañinas en el cerebro y la médula espinal y puede proteger al cerebro de una parte de los daños causados por la EM5.
Por lo tanto, resulta conveniente reducir el colesterol “malo” e incrementar el “bueno”. Esto puede conseguirse evitando los alimentos procesados y el azúcar (acrecienta la tasa de obesidad y disminuye el colesterol HDL) y llevando una dieta rica en grasas no saturadas y ácidos grasos omega-3 (pescado azul, aceite de oliva, aguacates, nueces…).
El microbiota o flora intestinal es el conjunto de microorganismos (bacterias, virus y hongos) que “viven” en elintestino. Los cambios en su composición pueden desencadenar la acción del sistema inmunitario y la respuesta inflamatoria, propias de la EM, por lo que podrían estar relacionados con su desarrollo y progresión6-7.
En este sentido, se recomienda la ingesta de alimentos moduladores del microbioma (probióticos) y de aquellos con propiedades antiinflamatorias (frutas, verduras, cúrcuma, jengibre…)
Cacao
Aguacates
Jengibre
Verduras
Pescado Azul
Nueces
Cúrcuma
Legumbres
Carnes magras
Aceite de oliva
Avellanas y almendras
Frutas
Granos integrales
Sal
Grasas saturadas
Carnes rojas
Azúcares
Comidas procesadas
Lácteos enteros
(mejor desnatados)
1 Tettey P, Simpson S, Taylor B et al. An adverse lipid profile and increased levels of adiposity significantly predict clinical course after a first demyelinating event. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2017;88:395–401; doi:10.1136/jnnp-2016-315037. [última consulta: marzo 2022]
2 Fitzgerald KC,et al. Diet quality is associated with disability and symptom severity in multiple sclerosis. Neurology. 2018;90(1):e1-e11. [última consulta: marzo 2022]
3 Mincu RI, et al. Cardiovascular Dysfunction in Multiple Sclerosis. Maedica (Bucur). 2015 Sep;10(4):364-370. [última consulta: marzo 2022]
4 Sedeño V, et al. Nutrientes y alimentos en la esclerosis múltiple. Arch. latinoam. nutr. 2020; 70(1):60-74. [última consulta: marzo 2022]
5 Fellows K, et al. Protective associations of HDL with blood-brain barrier injury in multiple sclerosis patients. J Lipid Res. 2015;56(10):2010-8. [última consulta: marzo 2022]
6 El eje microbiota-intestino-cerebro y sus grandes proyecciones. https://www.neurologia.com/articulo/2018223. [última consulta: abril 2022]
7 Documento de consenso sobre la microbiota y el uso de probióticos/prebióticos en patologías neurológicas y psiquiátricas. https://www.sen.es/pdf/2021/Consenso_Microbiota_2021.pdf [última consulta: abril 2022]